Srila Prabhupada mandó a muchos de sus discípulos grihastas a abrir templos en todo el mundo. Participar activamente en la misión del maestro espiritual es la gloria en la vida de un grihasta. Aquellos que no son tan afortunados para encabezar personalmente alguno de los centros de la urgentísima misión de Sri Gauranga deben ayudar directamente a otro devoto en este servicio. La salvación en la vida espiritual consiste primordialmente en no ser indiferentes con los devotos y con el maestro espiritual. Siempre debemos estar conectados con el maestro espiritual y/o con devotos mayores en nuestra ejecución de la vida espiritual y de nuestros servicios. Algo se llama servicio devocional porque nosotros ejecutamos este servicio para agradar a los representantes de Krishna, aún cuando a nosotros nos desagrade un deber particular o cueste gran sudor y esfuerzo ejecutarlo.
Debemos estar siempre muy preocupados por lo que nuestros guardianes estén pensando sobre nosotros, sobre nuestra conducta, actitudes y actividades. El amor sólo puede surgir con esta actitud. Este sentimiento nos protege para no actuar en ningún momento en contra de la voluntad de Krishna; mejor dicho, hasta luego para siempre a la televisión, el bhoga y los productos comestibles hechos por karmis, la pereza y la pérdida del valioso tiempo. Y un gran sí a los votos del servicio devocional, de la iniciación, el sadhana bhakti, la sinceridad, el servicio desinteresado, la vida sencilla, la educación espiritual y, una y otra vez, la confirmación del compromiso con la prédica del mensaje que dio sentido y esperanza a nuestra vida.
Obviamente es difícil tener una familia, y al mismo tiempo predicar y manejar templos. Pero las dificultades hacen nuestra vida más valiosa y más feliz. Sin problemas seguramente nos estancamos en nuestro avance espiritual. Da misericordia y también recibirás misericordia. Tengo experiencia propia del apego material en la vida del predicador. Muchas madres no aprecian la dedicación de sus esposos, considerando que ellas están perdiendo algo por eso. Por egoísmo ellas quieren a sus esposos sólo para sí mismas, aunque la misma esposa de Srila Prabhupada lo perdió por no colaborarle en su misión. También muchas mujeres utilizan a sus niños como disculpa para vivir otra vez casi como karmis desconectándose del servicio activo o cultivando viejos anarthas o apegos materiales.
En realidad, ellas ponen su matrimonio y su vida espiritual en gran peligro. A veces ven en su maestro espiritual un obstáculo para sus planes, y así pierden el apoyo que uno consigue de la devoción de sus protectores. Externamente reclaman sinceridad y deseos de servir, pero en la realidad causan trabas para todo, se pelean cuando sea posible y envidian los logros de los grihamedis.
Es una situación lamentable cuando la esposa no quiere compartir el néctar de la prédica y de la vida espiritual verdadera; el avance es muy difícil y el matrimonio es un peligro. Debemos analizar muy cuidadosamente nuestro propio interés y el de nuestros hijos. Srila Prabhupada dijo a sus discípulos:"Todos se volverán hippies otra vez en el caso de que no continúen predicando".
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